Rusia bajo los Últimos Zares: De cómo se llegó al estallido revolucionario de 1917

 Rusia bajo los Últimos Zares

De Cómo se Llegó al Estallido Revolucionario de 1917


◆ Revolución Decembrista de 1825

Breve contexto histórico

Tras la derrota de Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo el 18 de junio 1814 a manos del Duque de Wellington, se puso en marcha en toda Europa la Restauración del Antiguo Régimen. El 26 de septiembre de 1815, Rusia, Austria y Prusia formaron la Santa Alianza, cuya misión era proteger a las monarquías absolutas de posibles levantamientos liberales. 

Revolución liberal en Rusia de 1825

Los jóvenes oficiales rusos habían empezado a formar sociedades secretas desde 1816, con el objetivo de introducir cambios políticos en Rusia, pasando a una monarquía constitucional o incluso a una república. Las dos principales eran las Sociedades del Norte y del Sur. 

La muerte del zar Alejandro I en diciembre de 1825 aceleró los planes de estos jóvenes oficiales. La mayor parte de la sociedad rusa esperaban que el sucesor fuese Constantino, de ideas más liberales y renovadoras. La noticia del ascenso al trono del más absolutista y conservador Nicolás I enfureció a buena parte de los rusos y caldeó los ánimos revolucionarios.

La Sociedad del Norte preparó un golpe de Estado para el mismo día de la coronación del nuevo zar. A sabiendas de que era probable que los soldados rasos y el pueblo llano no fuese a aceptar sus ideas liberales e ilustradas tan rápido, alegaron que se trataba de una revuelta contra el usurpador al trono Nicolás I. El día 26 se produjo la revuelta. Los decembristas se presentaron  frente al Palacio de Invierno con unos 3.000 soldados, rodeados de civiles que los respaldaban. Nicolás I desplegó, por su parte a unos 9.000 soldados para protegerse de un posible ataque. Tras un intercambio de disparos entre decembristas y soldados leales al Zar, Nicolás I ordenó traer los cañones y disparar siete veces contra los sublevados, dejando más de 1.200 muertos, entre soldados y civiles.

En total, fueron juzgadas unas 121 personas, 61 de las cuales fueron condenadas a muerte, aunque sólo se ejecutó a 5, los eran los principales líderes de la revolución. El resto de condenados fueron enviados a Siberia

Revolución decembrista de 1825

◆ Nicolás, Alexandra ... y Rasputín

Nicolás II fue coronado Zar el 1 de noviembre de 1894, unas horas después del fallecimiento de su padre, Alejandro III, quien había sido un gobernante cruel y despiadado. Un ejemplo de esto sería su nefasta gestión de la terrible hambruna que asoló a Rusia entre el otoño de 1891 y el verano de 1892, la cual se estima que dejó entre 375.000 y 400.000 fallecidos. Esto, sumado a la brutal represión política y religiosa, había erosionado enormemente la popularidad de la monarquía. Sólo la ex Emperatriz-consorte, María Fiodorovna, era realmente querida por el pueblo ruso, pues, al contrario que a su marido y a su hijo, se la consideraba una regente piadosa y prudente.

Nicolás II y su esposa Alexandra

Nicolás II sólo aceptaba los consejos de su esposa, Alix de Hesse-Darmstadt, más conocida por su nombre ruso Alexandra Fiodorovna, hija del Gran Duque de Hesse y del Rin Luis IV y nieta de la Reina Victoria de Reino Unido. Alexandra, por su parte, sólo se dejaba aconsejar por el famoso, y siniestro, monje Grigori Rasputín, pues creía que podía curarle la hemofilia a su único hijo varón, el príncipe Alexei.

Fotograma de la película Nicolás y Alexandra (1971)
de Rasputín (Tom Baker) y Alexandra (Janet Suzman)

Rasputín era un hombre que despertaba odios y pasiones por igual en la sociedad rusa de la época; había rumores que decían que, pese haberse metido en un monasterio y a haberse casado y tener dos hijos, seguía siendo alcohólico y mujeriego. Otros, en cambio, decían que podía hacer milagros, curando a personas de enfermedades mortales, llegando incluso a equipararle con Jesucristo. Fueron estos últimos los que hicieron que Alexandra se interesara por él, para que sanara a Alexei. Y no se sabe cómo, pero el caso es que Rasputín era capaz de sanar las heridas del pequeño hijo varón del Zar y que dejara de llorar. Y, por esta razón, Nicolás II decidió mantener a Rasputín en palacio.

Lo cual terminó dañando aún más la reputación de la familia real. Muchos rusos no entendían por qué el Zar permitía que alguien como Rasputín, que ni siquiera tenía un alto estatus dentro de la Iglesia Ortodoxa, viviera en palacio. Pronto se extendieron rumores de que Alexandra le ponía los cuernos a su marido acostándose con Rasputín, o incluso que Rasputín mantenía relaciones sexuales con las princesas. A la nobleza rusa, y más a los directamente relacionados con la familia de Nicolás, como a la ya mencionada María Fiodorovna, el monje no les agradaba en lo más mínimo, y le pidieron a Nicolás que le echara de palacio en más de una ocasión. Pero Nicolás II hizo caso omiso.

◆ Rusia entre el absolutismo y capitalismo industrial

Desde 1860 a 1913, los zares trataban de preservar el Antiguo Régimen, al mismo tiempo que intentaban que Rusia no se quedara atrás en la Segunda Revolución Industrial. (No les salió demasiado bien. Para 1913, la producción industrial rusa apenas suponía el 35% del PIB.) Rusia, por aquel entonces, tenía en torno a 160 millones de habitantes. El 75% eran campesinos pobres, conocidos como Mujik, y 3,5 millones eran trabajadores industriales, principalmente en Moscú, St Petersburgo, Donbás, la Cuenca del Don y el Cáucaso. La riqueza del país se concentraba en la familia real, la nobleza, el alto clero y la alta burguesía, los cuales eran una minoría de los rusos.

El trabajo en la fábrica era de más de 10 horas diarias, a cambio de salarios ínfimos, que apenas daban para satisfacer las necesidades básicas y pagar los elevados impuestos. La esperanza de vida era de apenas 35 años, y la mortalidad infantil era muy elevada. Con respecto a los niños, muchos quedaban huérfanos y tenían que trabajar desde edades muy tempranas, en la mayoría de casos, para familiares o desconocidos que no los querían y eran o neligentes o abusivos con ellos, y que desde luego no se preocupaban en lo más mínimo por su bienestar. Y, por último, debido a que la educación no era algo universal, sino reservado a las clases altas, el analfabetismo estaba muy extendido. Sólo entre el 25% y 30% de los rusos sabía leer y escribir. 

Nicolás II debía de ser consciente de la impopularidad de la monarquía cuando fue coronado, porque el 30 de mayo de 1896, durante los tradicionales festejos ortodoxos, decidió hacer él mismo un reparto de alimentos a los habitantes de Jodynka, cerca de Moscú. Su intención era buena, pero el hambre de su pueblo era tal que provocó una avalancha en la que murieron 1.389 personas y entre 1.200 y 20.000 resultaron heridas. Un año después, Nicolás II aprobó un decreto por el cual se reducía la jornada laboral a 11 horas y media diarias y a 10 horas los sábados. De nuevo, una buena medida, pero insuficiente para mejorar las condiciones de vida y trabajo del pueblo ruso.

En mayo de 1906, después de la derrota contra Japón en 1905 y a la creciente oleada revolucionaria que se había iniciado en julio de 1903, Nicolás II terminó cediendo y aprobó una reforma política, por la cual Rusia se convirtió en una monarquía constitucional, con un parlamento bicameral; el Consejo de Estado, la cámara alta, y la Duma Estatal, la cámara baja. El Zar elegía la mitad de los miembros de la primera, y los diputados de la segunda los elegía el pueblo ruso mediante un sistema complejo de elecciones indirectas. La Duma ostentaba el poder legislativo y podía cuestionar a los ministros, sin embargo, no podía destituirlos ni modificar la constitución; esa autoridad quedaba reservada al Zar. Además, el Zar podía nombrar a todos los ministros y se reservaba el derecho de vetar leyes que emitiera la Duma si él lo creía conveniente. Resumiendo, una monarquía constitucional de iure, pero absoluta de facto.

◆ Primera oleada revolucionaria en Rusia

Las primeras grandes huelgas de trabajadores tuvieron lugar en julio de 1903. Todo comenzó con una crisis económica a comienzos del siglo XX, que, aunque en un principio no afectó demasiado a Rusia, le terminó pegando muy fuerte, principalmente en los sectores del petróleo, la metalurgia y la industria maquinista. Cientos de empresas no pudieron superar la crisis y quebraron, dejando a miles de trabajadores desempleados y miles de familias sin ingresos. La crisis industrial y el paro reactivaron el movimiento obrero ruso. El conflicto social comenzó el 1 de julio de 1903, cuando los trabajadores azeríes de los talleres mecánicos de Bakú se declararon en huelga, y ésta se extendió rápidamente por toda la ciudad. Sus reclamaciones principales eran el establecimiento de la jornada laboral de 8 horas, el aumento de los salarios, la liberación de los huelguistas previamente detenidos y la reincorporación a sus puestos de los trabajadores despedidos ilegalmente.

Trabajadores de Bakú, julio de 1903

El gobierno del Zar mandó al viceministro del Interior y Comandante del Cuerpo de Gendarmería, Viktor Von Wahl, para "calmar" a los manifestantes y sólo lo consiguió cuando intervinieron las  tropas gubernamentales. Pero mientras que el día 19 la huelga en Bakú comenzó a calmarse hasta detenerse completamente el día 22, en Tiflis (Tblisi), la Unión Cáucasica del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSR) llamó a la huelga el 14 de julio, en la que participaron 15.000 trabajadores. El día 17, Batum también se sumó a la huelga, y el día 20, lo hicieron Poti y Chiatura (un total de 30.000 personas). Al mismo tiempo, el 1 de julio los trabajadores ferroviarios de Odesa también se habían declarado en huelga, y ésta se extendió como la pólvora a otras ciudades de Nueva Rusia y Crimea, como Nikolaev, Jerson, Nemirov, Sebastopol y Simferopol, y a finales de mes, el movimiento había llegado a ciudades de la Rusia Pequeña como Kiev, Jarkov, Yekaterinoslav y Kerch. Los comités del POSR jugaron un papel decisivo en la organización de todas ellas.

Lugares donde se dieron las huelgas de julio de 1903

Nicolás II envió al cuerpo de gendarmería a reprimir todas las protestas en el sur de Rusia en el mes de agosto. Los trabajadores obtuvieron concesiones menores e insuficientes por parte de los dueños de las fábricas, por lo que al año siguiente, las huelgas se reanudaron, y, con ellas la brutal represión de las autoridades.
◆ Represión política y religiosa

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, el antisemitismo estaba a la orden del día y en prácticamente toda Europa se dieron casos de injusticias contra personas por el hecho de ser judíos (sí, ese señor austriaco bajito y con bigote no inventó nada, sólo lo llevó al extremo). El más famoso, quizá, fue el del capitán francés Alfred Dreyfus, a quien en 1894 se acusó falsamente de espionaje, evento que polarizó bastante a la opinión pública francesa y europea (incluyendo Rusia, evidentemente). 

Nicolás II siguió con la línea antisemita de su padre, e intensificó los progromos anti-judíos bajo su reinado entre 1903 y 1906. El más sangriento de éstos se dio en Odesa, en Nueva Rusia, en octubre de 1905, en el cual fueron asesinadas 2.500 personas.

Víctimas de un pogromo anti-judío en Dnipropetrovsk, Imperio Ruso, 1905

Además, las autoridades zaristas también vigilaban, mediante espías, a los opositores y, en especial, a los revolucionarios, como Vladimir Ulianov o su esposa Nadezhda Krúpskaya, incluso cuando éstos se encontraban exiliados en países extranjeros. Nicolás II tampoco tuvo reparos en reprimir manifestaciones y huelgas, como hemos visto en el apartado anterior con las huelgas de julio de 1903.

Los campos de trabajo para convictos en Siberia ya existían en tiempos del Zarismo. El objetivo era usar a los presos como mano de obra para industrializar las áreas más remotas de Siberia. (El gobierno de Stalin sólo aprovechó algo que ya existía. Las condiciones mejoraron con respecto a la época zarista, pero seguían siendo muy duras. Según el historiador ruso, especializado en el sistema penal soviético, Viktor Zemskov, murieron unos 600.000 presos en los campos de trabajo. Los  campos de trabajo fueron cerrados en los años 50, con el gobierno de Nikita Khruschev.) 

◆ La guerra ruso-japonesa y el Domingo Sangriento

El 8 de febrero de 1904, Japón atacó Port Arthur (actual Lüshunkou, China), el cual estaba bajo control ruso desde 1898, y, tres horas después, le declaró la guerra a Rusia. Desoyendo las advertencias de sus ministros y sus consejeros, que decían que Rusia no estaba en condiciones de permtirse una guerra contra el Imperio Japonés, que se había fortalecido mucho desde la Revolución Meiji, Nicolás II entró en la guerra, que resultó con una esperable y decisiva victoria japonesa, sellada con el Tratado de Portsmouth el 5 de septiembre de 1905, con el presidente estadounidense Theodore Roosevelt como mediador.

La guerra aumentó el hambre, pues el campo no tenía capacidad para proveer al mismo tiempo al pueblo y a los soldados, y la inflación, estancando la ya débil economía rusa. En este contexto de guerra, el 9 de enero de 1905 tuvo lugar en St Petersburgo una manifestación de más de 100.000 personas, iniciada por los trabajadores de la fábrica y encabezada por el Pope Georgi Gapon. Sus demandas principales eran el aumento de salario a 2 rublos, pan para el pueblo y el cese de la guerra. Era una manifestación pacífica, nadie iba armado, pero esto no importó a Nicolás II, quien, nada más la manifestación llegó frente al Palacio de Invierno, ordenó a la Guardia Real abrir fuego contra ellos, dejando entre 1.000 y 2.000 muertos. Aquel día pasó a ser conocido como el Domingo Sangriento, y Nicolás II se ganó el apodo popular de "El Sanguinario".

Domingo Sangriento, Iván Vladimirov

◆ Rusia y la Primera Guerra Mundial

Rusia entró en guerra oficialmente el 30 de julio de 1914, cuando Nicolás II anunció la movilización de tropas a la frontera con Austria-Hungría, después de que ésta le declarara la guerra a Serbia, culpándoles del asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo. El día 31, como consecuencia, Alemania declaró la guerra a Rusia.

Pero Rusia no estaba preparada para hacer frente a un conflicto a gran escala en Europa. La organización, armamento y estrategias del ejército ruso habían quedado anticuadas y tampoco tenía capacidad industrial suficiente para fabricar nuevas armas para sus tropas. No tenía ninguna posibilidad frente a Alemania, que sí que había hecho sus deberes industriales y militares. Y no ayudó nada que Nicolás II insistiera en ser él el que dirigiera a las tropas, a pesar de que no tenía ningún tipo de conocimiento ni experiencia militar. 

Soldados rusos preparan cilindros de cloro para un ataque contra las posiciones alemanas, cerca de Ilukse, 1916,
una táctica seguramente aprendida después del enfrentamiento en Osowiec.

Las consecuencias de la Gran Guerra para Rusia fueron peores aún que las de la guerra contra Japón en 1905. Rusia no contaba con una red industrial moderna y eficiente para producir armamento nuevo para sus tropas, por lo que los soldados rusos iban al frente mal equipados y quedaban a merced del enemigo. La economía se derrumbó, y los problemas de hambre se agravaron, ya que las técnicas agrícolas no daban a basto ni para alimentar al pueblo ni a las tropas. Casi 3 millones de rusos, entre civiles y militares, perderían la vida como consecuencia del conflicto.

◆ El asesinato de Rasputín y la maldición de los Romanov

Rasputín fue asesinado en el Palacio Moika, residencia de los Yusupov, el 30 de diciembre de 1916, y sus asesinos fueron el conde Félix Yusupov, el político nacionalista Vladimir Purishkévich y el Gran Duque Demetrio Pavlovich. En primer lugar, le ofrecieron una copa de vino envenenada. Cuando esto falló, Purishkévich se puso un poco nervioso, y le pegó dos tiros por la espalda. Esto tampoco funcionó, así que le golpearon con unas cadenas y, finalmente, lo arrojaron al Río Neva. Cuando su cuerpo fue sacado del río y se realizó la autopsia, se determinó que había muerto ahogado. El motivo de su asesinato fue que los responsables consideraban que la influencia de Rasputín era la causa de los males de Rusia, incluyendo los fracasos en la guerra, por lo que pensaron que quitándole de en medio, a Rusia le iría mejor.

Los asesinos de Rasputin. De izquierda a derecha:
arriba; Felix Yusupov, Demetrio Pavlovich y Vladimir Purishkevich. 

La noticia de su muerte entristeció mucho a Nicolás y Alexandra, sobre todo a la zarina, ya no sólo porque no tendría a quien sanara a su hijo, sino porque encontró una carta que había dejado escrita Rasputín en la que él decía que si él sufría una muerte violenta a manos de miembros de la familia real o allegados, los Romanov sufrirían el mismo destino.

◆ Las revoluciones rusas de 1917 y el fin de los Romanov

El 8 de marzo (23 de febrero, según el calendario juliano, usado en Rusia entonces) de 1917, las mujeres rusas de las fábricas de Petrogrado tomaron las calles, exigiendo mejoras en sus condiciones laborales, pan para el pueblo y el fin de la guerra. A ellas se fueron sumando más personas, y las manifestaciones empezaron a pedir también la renuncia de Nicolás II. Las manifestaciones se convirtieron en enfrentamientos con la policía, que pronto perdió el control de la situación. El gobierno mandó al ejército, pero no sirvió de mucho: algunos soldados se sumaron a los manifestantes, hartos de sus malas condiciones y de ver cómo a sus compañeros los enviaban a morir bajo fuego alemán. Se formaron barricadas y en pocos días, Petrogrado se sumió en el caos absoluto. Alrededor de 130 personas perdieron la vida en los enfrentamientos. 

El presidente de la Duma Estatal, Mijáil Rodzianko, le escribió un telegrama urgente a Nicolás II, que seguía en Moguilov, informándole de lo que estaba sucediendo: "La situación es grave. La capital está en estado de anarquía. El gobierno está paralizado. El transporte de alimentos y combustible está completamente interrumpido. El descontento general está aumentando. No hay tiempo que perder."

Enfrentamientos en Petrogrado, durante la revolución de febrero, 1917

Nicolás regresó a Petrogrado unos días después de este mensaje y, después de hablar con sus generales y admitir que había perdido por completo el control de la situación, terminó abdicando el 16 de marzo. Como su hijo Alexei era demasiado joven para heredar el trono, y su hermano Mijáil Aleksándrovich, viendo el panorama, dijo que ni de chiste, el largo reinado de los Romanov en Rusia llegó a su fin. Tras la abdicación, se constituyó un gobierno provisional, encabezado por el Partido Social Revolucionario de Aleksandr Kerénski.

El gobierno provisional de Kerénski se demostró profundamente ineficiente y corrupto, e incapaz de satisfacer las demandas del pueblo ruso y frecuentemente tenía encontronazos con el Soviet de Petrogrado con el que, en teoría, tenía que coordinarse. Además, Kerénski no retiró a Rusia de la Primera Guerra Mundial (debía pensar que todavia podía ganarle a Alemania). El gobierno provisional llegó a su fin cuando el revolucionario ruso Vladimir Lenin dijo que hasta aquí habían llegado, y el 24 de octubre (7 de noviembre) de 1917 se produjo la toma del Palacio de Invierno por los Bolcheviques. El 10 de julio de 1918 se fundó la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

Los Romanov serían finalmente fusilados el 17 de julio de 1918, en Ekaterimburgo, por orden del Soviet de los Urales, en plena guerra civil contra los blancos, seguramente debido a que los realistas los recuperaran y los restauraran en el poder. Lenin no se tomó nada bien esta decisión, pues el plan era juzgar a Nicolás II por sus crímenes contra el pueblo ruso, no ejecutarlo (y menos a los niños, que no tenían la culpa de lo cabrón que hubiera sido su padre). 

Los Romanov momentos antes de ser ejecutados, Ekaterimburgo, julio de 1918

  • Referencias y fuentes

2.- Nicolás II, el zar criminal que llegó a santo:

3.- Vanka, brevísimo cuento del escritor ruso Antón Chéjov:

4.- Almas Muertas, Nikolái Gógol (1842)

5.- El antisemitismo y los pogromos anti-judíos en la Rusia de los zares:

10.- Nicolás y Alexandra, de Franklin J. Schnaffer (1971)

12.- La tragedia de Jodynka en los festejos por la coronación de Nicolás II (Russia Beyond):

https://es.rbth.com/cultura/2013/08/23/la_sangrienta_coronacion_de_nicolas_ii_en_jodynka_31391

13.- Jodynka, relato de León Tólstoi:

https://ciudadseva.com/texto/jodynka/

14.- Rogervik, el peor campo de trabajo de la Rusia Imperial (Russia Beyond):

https://www.rbth.com/history/334783-rogervik-russian-empires-worst-labor-camp

15.- Carta de Rodzianko a Nicolás II (febrero/marzo de 1917):

https://diletant.media/articles/28787162/




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