Georgia en la mira: Según EEUU, no te puedes llevar bien con Rusia (aunque tengáis todos los motivos para ello)

Georgia en la mira

Según EEUU, no te puedes llevar bien con Rusia (aunque tengas todos los motivos para ello)


Me voy a adelantar a los hezpertos (no, no lo he escrito mal) en geopolítica de internet, ahora que parece que están distraídos diciendo burradas sobre Palestina y no andan muy pendientes de Rusia, para hablar con detalle del conflicto que ésta mantiene con otro de sus vecinos, esta vez en el Cáucaso: Georgia. Y, para sorpresa de nadie, tiene en parte que ver con la (nefasta) política territorial que implantó en los años de la Unión Soviética. Digo en parte porque en el caso de Osetia, la diferenciación entre norte y sur empezaron a hacerla los oficiales militares rusos durante el periodo de los últimos zares en el siglo XIX, aunque realmente no pasó de una diferenciación por razones militares (ya que entonces, toda Osetia estaba bajo soberanía rusa).

◆ Abjasia y Osetia del Sur (brevemente)

Al norte de Georgia, existen dos regiones que se declaran y actúan como independientes aunque de iure están bajo soberanía georgiana, conocidas como Abjasia y Osetia del Sur, cada una con motivos diferentes, aunque tienen en común que ninguna quiere pertenecer a Georgia debido a la tendencia asimilacionista de los gobiernos de la república caucásica, incluso desde tiempos de la Unión Soviética. Los osetios del sur desean unificarse con sus, por decirlo de algún modo, hermanos del norte (son un pueblo de origen iranio, no son eslavos), que se encuentran bajo soberanía rusa, mientras que los abjasios, desde que se empezó a constituir la Unión Soviética, han querido ser una república separada de Georgia. 

Esto provocó que, en el momento de la disolución de la Unión Soviética, entre los años 1991 y 1993 se dieron los primeros conflictos entre Abjasia y Osetia del Sur y Georgia, debido a que las dos primeras no querían separarse de la URSS. Rusia, de iure, era neutral, aunque de facto apoyaba enviando armas a los rebeldes de Abjasia y Osetia. Fueron guerras que se saldaron con varias decenas de muertos, cientos más de heridos y en los que ambas partes llegaron a cometer limpiezas étnicas. Todo terminó en 1993, gracias a la mediación de Rusia (porque EEUU aún pensaba que Georgia era sólo uno de sus 50 Estados). Con estos acuerdos se acordó el envío de un contigente de paz ruso a Abjasia y Osetia del Sur para evitar futuros enfrentamientos. La situación ya era muy delicada, incluso ya con Eduard Shevardnadze, presidente de Georgia tras su independencia de la URSS.

◆ Revolución de las Rosas y gobierno de Saakashvili

Para bien o para mal, Shevardnadze era un nacionalista georgiano, y no tenía mucha intención de acercamiento con EEUU y la UE. Claro, que después de los acuerdos de paz que acabaron con las guerras al norte del país, muchos georgianos le terminaron viendo como un líder débil y algunos incluso empezaron a acusarle de "prorruso" (aunque de eso tenía poco). En noviembre de 2003, triunfó la Revolución de las Rosas, consistentes en una serie de protestas relativamente pacíficas que acabaron con la dimisión de Shevardnaze como presidente y la ascensión al poder en enero de 2004 de Mihéil Saakashvili, un político que se vendía como nacionalista georgiano y demócrata, pero que en el fondo era más bien pro-EEUU y pro-UE, y acabó abusando de su autoridad, implantando un "capitalismo de amiguetes" parecido al que implantó Boris Yeltsin en Rusia durante los años 90, que sólo sirvió para deteriorar las condiciones de vida de los georgianos. De hecho, aunque llegó al poder con una amplia popularidad, acabó su mandato con una percepción muy negativa de su gestión por parte del pueblo georgiano.

Revolución de las Rosas en Georgia, noviembre de 2003

En el caso que nos atañe, Saakashvili endureció el tono con respecto a las regiones rebeldes de Abjasia y Osetia del Sur, sobre todo contra ésta última, prometiendo volverlas a poner bajo control georgiano y acabando con los gobiernos secesionistas. Esto último fue lo que causó que las relaciones entre Rusia y Georgia comenzaran a deteriorarse, más aún de lo que ya lo estaban. Georgia acusaba a Rusia de respaldar a los rebeldes abjasios y osetios del sur, mientras que Rusia veía como una amenaza a su seguridad nacional las pretensiones pro-EEUU del gobierno de Saakashvili y denunciaba a sus amenazas contra Abjasia y Osetia del Sur.

El 26 de julio de 2006, el gobierno de Saakashvili mandó a las tropas a Abjasia, debido a las declaraciones del representante de Georgia en la localidad, Emzar Kvitsiani, uno de los opositores a Saakashvili. Las tropas georgianas consiguieron hacerse con el control del Valle de Kodori, que mantendrían hasta agosto de 2008. Esto causó aún más tensiones con Abjasia y Osetia del Sur, que empezaron a prepararse para lo que Saakashvili les pudiera tener reservado. Un año después, entre septiembre y noviembre de 2007, decenas de georgianos tomaron las calles de Tiblisi, protestando contra la corrupción, las privatizaciones y las políticas de austeridad de Saakashvili. A eso hay que añadir las acusaciones del ex ministro del Interior Irakli Okruashvili, quien acusó a Saakashvili de persecución a los opositores, incluyendo el presunto asesinato de Zurab Zhvania. El demócrata Made in USA Saakashvili respondió a los manifestantes mandando no sólo a la policía sino a la unidad de Fuerzas Especiales del ejército, que llegaron a usar gases lacrimógenos y cañones de agua contra los manifestantes. En un inicio, 360 personas tuvieron que ser trasladadas a los hospitales de Tiblisi a causa del envenenamiento de los gases (más tarde, se supo que hubo un total de 600 víctimas). Todo terminó con la (posteriormente demostrada falsa) promesa de Saakashvili de convocar elecciones anticipadas en enero de 2008.

Un manifestante durante las protestas en Tiblisi en 2007.
La inscripción dice: "No tengo miedo".

◆ La decisión de la OTAN y la guerra de agosto en 2008

En abril de 2008, tuvo lugar un evento que sería clave para el desarrollo de las relaciones entre Georgia y Rusia, y éste fue la cumbre de la OTAN de Bucarest, en la que EEUU declaró la intención de incorporar a Ucrania y Georgia en la organización, algo que evidentemente Rusia vio como una amenaza a su seguridad nacional. Sin embargo, Saakashvili sabía que la OTAN nunca permitíría la entrada de Georgia sin que ésta solucionara su crisis territorial, y, sobre todo, con la presencia de tropas rusas en las dos regiones rebeldes. Por lo que ofreció a las dos regiones una autonomía dentro de la una república federal georgiana. Sin embargo, ni Abjasia ni Osetia del Sur se fiaban ya de Saakashvili, y menos aún después de la crisis del Valle de Korodi, por lo que rechazaron la oferta. Y razón para no fiarse tenían porque, mientras que les ofrecía un plan de autonomía, Saakashvili estaba ideando dos operaciones militares para tomar el control de Abjasia y Osetia del Sur. Rusia estuvo denunciando esto durante meses, tanto en ruedas de prensa como ante la ONU, tan sólo para que EEUU y la UE lo tacharan todo de "propaganda rusa". 

Finalmente, cinco meses después de la cumbre de la OTAN, el presidente Saakashvili, creyendo en la palabra de EEUU de que le respaldarían en todo momento contra Rusia y sobre todo con la idea de realzar su popularidad que había quedado por los suelos después de las cargas policiales contra los manifestantes a finales de 2007, lanzó una operación militar para recuperar todo el control de Osetia del Sur. El presidente ruso Dimitri Medvedev vio esto como una violación de los acuerdos alcanzados en 1992, por lo que movilizó no sólo a las fuerzas de paz rusas sino a las tropas que estaban estacionadas en el Cáucaso ruso, cruzando la frontera. Abjasia no se quedó de brazos cruzados esperando a que Georgia acabara con Osetia y luego fuera a por ellos, sino que respondieron al ataque y mandaron voluntarios a Osetia del Sur para ayudarles. Además, aprovecharon para recuperar el control sobre el Valle de Korodi.

Soldados rusos de la misión de paz establecida en 1993 en Abjasia, agosto de 2008

La guerra duró sólo cinco días, y se terminó saldando con 600 y 800 muertos (entre civiles y militares de ambos lados), más de 2.000 heridos (también a ambos lados), más de 100.000 civiles desplazados (de ambos lados) y 24 desaparecidos. Osetia del Sur, la zona donde tuvieron lugar la mayor parte de los combates, sufrió como consecuencia la mayor parte de los daños. Durante los últimos catorce años, Rusia invirtió en su reconstrucción, así como ayuda a las víctimas de la guerra. Por supuesto, Rusia y Georgia rompieron relaciones diplomáticas. Saakashvili no consiguió nada: ni recuperar el control de Abjasia y Osetia del Sur, ni echar a Rusia de la zona, ni unirse a la OTAN.

Aunque en inicio EEUU y la UE, y sus medios de comunicación, dijeron que la actuación de Rusia no tenía provocación alguna y era injustificada, un año después del conflicto a la UE no le quedó otra que reconocer en un informe que Rusia tenía razón y que Georgia inició el conflicto, y así se ratificó en una sentencia de 2021 del Tribunal de Estrasburgo de más de 500 páginas, que también ratificó los crímenes de guerra cometidos por ambos bandos.

Tras la salida del poder de Mihéil Saakashvili en 2013, Rusia y Georgia reestablecieron relaciones diplomáticas y, desde entonces, han hecho todo lo posible por desescalar la tensión y mejorar sus relaciones.

◆ Situación de Georgia post-Saakashvili: ¿podría EEUU usarla para abrirle un segundo frente a Rusia?

Saakashvili aguantaría en el poder hasta noviembre de 2013, gracias al leve impulso de popularidad que le dio la guerra, aunque finalmente los georgianos se acabarían hartando de él. Saakashvili fue condenado por un tribunal georgiano por los delitos de corrupción y abuso de poder, aunque se fugó de Georgia antes de que le pudieran arrestar y se fue a Ucrania, donde ejerció como presidente de la Administración Estatal de la Región de Odesa, nombrado por el golpista Petro Poroshenko, entre 2014 y 2015, después de asesorarle, y, entre mayo de 2020 y septiembre de 2021 estuvo asesorando al actual líder del régimen maidanita-banderista, Vladimir Zelenski. Regresó ilegalmente a Georgia a finales de septiembre de 2021 y fue detenido en Batumi el primer día de octubre. Saakashvili solicitó a EEUU que saliera en su defensa (como buen siervo del imperialismo estadounidense que era), pero pasaron del asunto. En diciembre fue trasladado a la prisión de Rustavi. En febrero de 2022 comenzó una huelga de hambre alegando que "estaba siendo maltratado". En 2023, Zelenski sugirió la idea de que fuera trasladado a Ucrania, algo que Georgia rechazó.

A comienzos de 2023, debido a intención del gobierno de Irakli Garibashvili, del partido nacionalista Sueño Georgiano, de aprobar una Ley de Agentes Extranjeros, a imitación de la ley estadounidense de 1938 del mismo nombre, empezaron a darse una serie de protestas en Tiblisi en contra de esta aprobación, alegando que podría utilizarse para censurar voces críticas con el gobierno. Estas protestas incialmente fueron relativamente pacíficas, exceptuando algunos incidentes, y Garibashvili, al contrario que el euroatlantista Saakashvili, decidió escuchar a los manifestantes y dejar en suspensión la aprobación de la ley. Sin embargo, las protestas no terminaron ahí, sino que continuaron, ahora pidiendo, en cambio, la dimisión en bloque de Garibashvili y su gobierno. En estas manifestaciones, ya no descatan en absoluto banderas georgianas, sino banderas de la OTAN, de EEUU, de la UE y de Ucrania, lo cual puede llevar a pensar que EEUU está tratando de organizar una nueva revolución en Georgia para restaurar a Saakashvili en el poder y abrirle un segundo frente a Rusia en el Cáucasom ahora que está metida en Ucrania.

Y es que el gobierno de Garibashvili, un día después de que se diera la intervención de Rusia en ka guerra civil ucraniana, en febrero de 2022, declaró que "Durante años, entre otras cuestiones, hemos conseguido desescalar nuestras tensas relaciones con Rusia, lo que respondía a los intereses nacionales de Georgia, y no tomaré ninguna decisión en su contra." Georgia lleva desde entonces negándose a sumarse a las sanciones unilaterales de EEUU contra Rusia. 
  • Conclusiones
Lo primero que quiero decir es que éste es otro de los conflictos actuales que se habrían evitado si tan sólo la política territorial soviética hubiera sido completamente diferente de lo que fue. A estas alturad de la vida, con el conflicto abierto en Ucrania, los problemas que tienen Rusia y Georgia debido a la cuestión de Abjasia y Osetia del Sur, y otros tantos, defender la política territorial de la URSS es una absoluta, con perdón, estupidez. Y más estupidez es aún querer extrapolar ese modelo territorial, que sólo ha traído conflictos, a España.

En lo que respecta a Georgia, está claro que ahora la situación, pese a las protestas que se cieron a comienzos de 2023, se ha calmado bastante desde la salida de Saakashvili del poder, y actualmente está en relativamente buenos términos con Rusia, exceptuando la cuestión de Abjasia y Osetia del Sur, con las que actualmente no parece haber mucho problema. Claro, que también están las protestas en la calle y la oposición euroatlantista, que podrían dar nuevamente un giro de 180º. Georgia se encuentra en un equilibrio muy delidicado, entre proteger sus propios intereses, y a su propia población, y acabar de nuevo enfrascada en una guerra contra Rusia, aún por unos intereses que realmente no son los suyos (EEUU). 

  • Referencias y fuentes
Inversión de Rusia en la reconstrucción de Osetia del Sur tras la guerra durante 14 años (PYL):
https://pyl.media/south-ossetia-en/

Conclicto en el Cáucaso: la cuestión de Abjasia (Red Planeta):
https://www.youtube.com/watch?v=-48evvC-ab4&t=1201s

Conflicto en el Cáucaso: la cuestión de Osetia del Sur (Red Planeta):
https://www.youtube.com/watch?v=4z7b05WBWdw

Georgia se niega a unirse a las sanciones contra Rusia (Azeri Times):
https://azeritimes.com/2022/02/25/georgia-refuses-joining-economic-sanctions-imposed-on-russia-pm/

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